El género, que se pega a los dedos como una tirita a un juanete, cortado a láser, con calibrador de precisión nanométrica. Si alguien ha tenido huevos de sacar una loncha entera y sin rasguño que lo ponga en su currículum. Nada mejor en estos tiempos que corren que pagar las lonchas de plástico a precio de jamón serrano. Esto es para tirarse de cabeza al Pavofrío bajo en sal.
Lo del ochentero cartucho Churruca mitad viento, mitad pipas, pase, pero el emblema gastronómico español en el mundo comercializado de esa guisa debía ser tipificado como delito en el Código Penal.
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