España se ha convertido en un país de tiesos de quiero y no puedo, de cinturones apretados y de sudores fríos cuando se paga la cuenta del super, y la del IBI, y la de la hipoteca y la de esos otros navajazos disfrazados de impuestos que poco a poco se van comiendo nuestros ahorros y tensan aún más la cuerda de la supervivencia digna. Se bajan los sueldos y afortunados los damnificados porque tienen empleo.
Hay que redimirse de los excesos. Durante muchos años, millones de españoles hemos gastado por encima de nuestras posibilidades. Las pagas prorrateadas de mileuristas, las horas extras no remuneradas de jornadas laborales interminables, las hipotecas sin techo pero con suelo, la energía a coste de saldo, el IVA y la burbuja de precios del euro nos dieron demasiado margen para convertirnos en derrochadores.
Sobraba el dinero por todas partes y se nos fue la cabeza. Ahora que no hay empleo y se ven menos nóminas que linces, los prorrateados, los que vivíamos tan bien porque dábamos gracias al cielo por tener un trabajo, aunque jamás conocimos paga extra, nos hemos visto obligados para llegar sí o sí a fin de mes a vender nuestro coche de lujo, el chalé en la costa, el ático en el centro y el barquito de 12 metros. En fin, fue bonito mientras duró, al menos para los que lo tuvieron. Los españoles prorrateados, -me temo que la inmensa mayoría-, los que en la bonanza económica llegaban al día 30 por los pelos y un poco más (y ahora si llegan es casi un milagro) sin embargo siguen sin entender nada. ¿Qué hicimos nosotros para merecer esto?
Hola Andrés:
ResponderEliminarMe alegra encontrarte, aunque sea a través de estos medios. Con todo el cariño y el respeto que me mereces, creo que la pregunta debería formularse al contrario: ¿qué no hicimos o dejamos de hacer para llegar a esta situación?, y por supuesto no me cuestionaría si lo merecemos o no.
Un fuerte abrazo
Hola Rafa, en primer lugar gracias por leerme y sobre todo por molestarte en contestar. Quizás tengas razón en tu planteamiento, pero mi enfoque es justo al contrario. No he pretendido sentar cátedra, simplemente reflejar mi impresión. Si en tiempos de bonanza, solo uno de cada diez contratos era indefinido y el 90% trabajábamos en pymes (lo que significa que ni teníamos pagas extras y échabamos más horas que un reloj sin remunerar), por qué nos están vendiendo la moto del despilfarro y de que antes vivíamos en Jauja, cuando no es cierto, la mayoría no teníamos margen para el derroche con tanto impuesto, tantos precios inflados y sueldos bajos. El 97% de los españoles pagaban su hipoteca y hacían frente a sus obligaciones de crédito. No gastábamos por encima de nuestras posibilidades, gastábamos sobre las posibilidades que se nos ofrecían desde los bancos y que cumplíamos religiosamente, intereses incluidos. Me da la impresión de que estamos pagando el desastre financiero provocado por otros y que el despilfarro es un tramposo argumento que se utiliza para justificar que seamos los españolitos de a pie quienes tengamos que tapar el agujero que crearon los especuladores y los desastrosos gestores políticos y financieros que nos llevaron a esto.
ResponderEliminarLa pregunta retórica del final se contesta en el mismo texto. La mayoría de los que estamos pagando este desaguisado no hemos hecho nada o casi nada para llegar a esta situación. O sí, quizás ser demasiado pasivos y confiados con quienes dirigían nuestras cuentas, las privadas y las públicas. Es mi teoría. En cuanto a lo que planteas, sí es cierto que debimos prevenir, pero esta crisis nos llegó como un tsunami, nadie la predijo. Lo que sí nos va a servir es para cambiar de mentalidad y para exigir más responsabilidad y rigurosidad a quienes nos dirigen. Un saludo¡¡¡